OCHO NACIONES, UN EQUIPO



Texto de Chico Percebe/@ChicoPercebe
                                                                         Fotos de Ouest-France, Le telegramme

Llego con tiempo, aún así decido no buscar para aparcar y me dirijo directamente al parking de la rue du Port. Solo llevo 5€ pero no hay riesgo, me conozco perfectamente estas ruedas de prensa en las que se presenta a un nuevo manager: unas palabras de bienvenida del presidente, otras palabras del nuevo míster prometiendo volver a ser grandes, un par de preguntas nuestras y de vuelta a la redacción del periódico. Me va a dar tiempo incluso antes de que se gasten los 5€ a pasarme por Lenn Ha Dilenn a ver si mi amigo Gilles me deja llevarme fiado el nuevo disco de los Ramoneurs de Menhirs.

A pasos cortos voy llegando al estadio, yo solo, casi como un día de partido de liga, porque hace años ya que al viejo campo de La Rabine vamos los cuatro gatos de siempre. Atrás quedan esos tiempos en los que el Vannes OC generaba ilusión entre la gente y las gradas se poblaban. Aquel año del ascenso y el posterior en Ligue 1 fueron increíbles. Recuerdo ir con mi padre de la mano con mi bufanda del equipo y mi bandera bretona entre hordas de gente que bajaba cantando por la Avenue Jean Monnet camino del partido... Pero todo eso quedó atrás; una serie de malas decisiones hundieron al club en lo más bajo de la Ligue 2, y aquí seguimos año tras año, sin espíritu, sin afición (mi padre hace años que ya no es abonado, "no me ilusiona" me dijo, y yo no pude más que contestar "te entiendo"), y lo que es peor, sin esperanza.

Llego a la sala de prensa y lo primero que veo es un bote vacío de Breizh Cola apoyado en una esquina, exactamente donde lo dejé tras la rueda de prensa del último partido de liga, parece que meses después seguimos sin subcontrata de limpieza, nada cambia.

Hago un saludo general, estamos los de siempre, tres de prensa escrita, dos fotógrafos y la compañera de Radio Vannes. Nada más sentarme se abre la puerta lateral y aparecen el presidente y el vecepresidente junto al nuevo míster, "¿cuantas veces habré vivido esto?" me pregunto. La respuesta es sencilla, al menos una vez al año en la última década, nadie aguanta en este banquillo. El presi toma la palabra, suelta la retahíla de siempre y empieza a enumerar los logros del nuevo manager de forma breve, "¿de que otra forma lo iba a hacer si este chico no ha ganado nunca nada?" me digo para mi mismo. Tras hacerlo le cede la palabra. Como empiece dándonos las gracias por nuestra asistencia mi mente comenzará a plantearse seriamente en hacer un copia/pega de la presentación del pasado año para no perder tiempo, porque todo suena igual que siempre.

Y efectivamente, empieza con un saludo y un agradecimiento, pero su acento español al chapurrear en francés me hace gracia y consigue hacer que olvide mis pensamientos y me centre solo en sus palabras.

- "Va a prometer trabajo, mucho trabajo y luchar por ascender a donde este club se merece, ¿que te juegas?", me susurra Laurent, el enviado de L'Equipe Bretaña. Yo sonrío y asiento.

- "Prometo trabajo, mucho trabajo..." comienza diciendo el nuevo míster

- "¿Que te dije?" me vuelve a susurrar François.

- "Pero no trabajo para ascender a Ligue 1, para jugar competiciones europeas o para ganar título, sino trabajo para devolverle la ilusión a la gente, para que estén orgullosos de ser del Vannes Olympique, porque ante todo somos bretones"

BOOOOM, algo acaba de explotar en mi cabeza, ¿está hablando un español de sentimientos bretones?, un "¿¿¿Cooooomo???" se escapa por mi boca más alto de lo deseable y Peterseller, el nuevo manager, no duda en recoger el testigo y contestar mi duda.

- "¿Que como lo vamos a hacer?, muy fácil, toda la gente de esta ciudad tiene un fuerte sentimiento bretón y también por tanto celta, así que para que se sientan de nuevo unidos a este su club, a partir de ahora y conmigo en la dirección técnica solo vamos a realizar incorporaciones de jugadores nacidos en alguna de las 8 naciones celtas".

El silencio se apoderó de la sala de prensa, fueron solo unos segundos para recapitular y asimilar lo que acabábamos de escuchar.

- "Es decir..." dudé, "¿está queriendo decir que solo vestirán nuestros colores jugadores bretones, irlandeses, escoceses, córnicos, gallegos, asturianos, maneses y galeses?"

- "Eso es, y jugadores de antiguas regiones celtas como Cantabria, norte de Portugal, etc... No tenemos el potencial económico del Rennes, ni el estadio del Guingamp, ni las residencias del Nantes, pero a partir de hoy vamos a ser el referente de Bretaña y de todo el pueblo celta. Tal vez nunca ascendamos a Ligue 1, tal vez nunca jugaremos competiciones europeas, tal vez nunca ganaremos un título, pero de lo que si estoy seguro es de que nos ganaremos a la afición de esta ciudad de nuevo, les haremos volver a ilusionarse".

Mil preguntas empiezan entonces a sobrevolar desde los asientos de la prensa en dirección al nuevo míster, pero mi mente está en otra cosa, está pensando en que si esto se cumple, si esto es verdad, esta ciudad que siente tanto el espíritu celta va a responder para bien.

Vuelvo en mi y levanto el bolígrafo para hacer decenas de preguntas que me invaden en este momento de excitación, pero pienso que antes debo hacer una llamada rápida:

- "¿Papá?, no hagas planes para los domingos de los próximos años, hoy te saco de nuevo el abono del Vannes. Y por cierto, ¿podrías venir a buscarme?, esta rueda de prensa va para largo y solo tengo 5€ para el parking..."

Algo está cambiando en Vannes.



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